Me gusta creer que aun soy una niña. Me gusta que me cuiden, que se preocupen por mi. Son de esos traumas de la vida en las que si a temprana edad algo cambio, y tu vida se convirtio en otra de repente, te quedas con ese vacio de sensaciones y de acciones que “te hubieran” gustado vivir.
Aunque tambien tengo esa contraparte en la que las paradojas nacen, esa parte en la que mi independencia se aferra a no depender de nada ni nadie, a valerse por si sola sin que lo demas afecte, pero a veces es muy dificil poder controlarlo.
En ocasiones me siento demasiado vulnerable a que me lastimen, y ahi es cuando me convierto en tortuguita, si de esas que se esconden cuando sienten que el peligro es prominente, asi pareciera ser a veces. Y es por eso que soy reacia, rejega, terca, o como sea que se le llame. Siempre tiendo a salirme con la mia, con lo que quiero.
Mi mal de males es siempre querer que se haga lo que yo quiera, pero ultimamente siento que no soy esa, la que le vale un cacahuate si le hablan o no, si la miran, si la saludan, si la entienden… y eso es dificil de confesarlo.
Solía escribir todos los dias, una frase, una palabra, algo…. y ya no lo hago. Solia tomar mi camará y salir a fotografiar extraños, sin rumbo fijo..simplemente estando conmigo misma. Pero ya no puedo, mi tiempo ya no es mio, mi atencion tiene un nuevo enfoque, ahora hay algo mucho mas grande que eso, y me da panico.

Y si lo puedo confesar, confesar que si han cambiado mis dias, que ya mi tiempo no es igual, que los momentos se vuelven cada dia mas y mas especiales, pero eso no me da aun fuerzas para poder decir que quisiera algo mas, mucho mas.
Y no quiero llegar al punto en el que la desesperacion me inunde. No quiero.

can’t live without you, not anymore.