Hoy, leí algo que me parece bastante familiar. Una frase que sin duda, resume de una u otra forma el cansancio mental que me provoca el no poder obtener la verdad de los demás.

Estás harto de tener que buscar la verdad porque no sale de la boca de los demás.

Y en efecto, es cansado, es cansado andar con la bandera de la honestidad, tratando de a veces endulzarla para no llegar a ser cruel con las palabras, ¿y para qué?, al final de cuentas a las personas no les gusta escuchar la verdad, no les gusta en realidad que la gente sea honesta (aunque digan y proclamen que sí), no les gusta escuchar cuando algo no es como pensaban, cuando no es como imaginaban o cuando no cumple su expectativa.

En la mayoría de las escenas cuando he buscado la verdad, nunca llega. Y siempre que me sucede así, intento encontrar esa verdad que necesito, por algún otro medio, de alguna otra forma, intento analizar y desmenuzar los porqués, los cómos y los cuándos; y aunque de una u otra forma me quedo tranquila con el análisis, nunca es la verdad total, nunca es la verdad sincera que viene desde adentro, de esa que buena o mala, te sirve más para evolucionar, para crecer, que para destrozarte. Al final, siempre me quedo con “mi versión de la verdad”, y eso… es cansado.