Foto: Manuel Alvarez Bravo

Catastrofico. Esa palabra seria la que mejor definiria mi dia. Todo paso de ser un dia completamente regular ha ser opacado por situaciones dramaticas y sin fundamentos sensatos.
Dejo a un lado las suposiciones y simplemente me inmerso en la numerosa descompensacion vital de mi universo.

Equilibrar el espacio natural de mi ser ha sido bastamente incorregible. Mi pulso continua acelerado, refresco mi rostro por un momento para aliviar mi descompensacion pero parece no funcionar, mi tez ha cambiado, no recobra su color, parece anunciarme que todo sigue mal, ni el rubor en mis mejillas logra pretender que no ha pasado nada.

Pocas veces mi necesidad logra externarse tan vulgarmente como hoy, no lo pude evitar. Dude ferozmente en marcar ese numero que parecia tan alejado de mi, al final resulto una dosis inmensa de tranquilidad. Escuchar su voz de nuevo y hacerme saber que su mundo gira tan proximo al mio fue sanador. Sonrei y desconecte los pensamientos de mi ser, solo el parece lograrlo. Fue extraño, no puedo negarlo, pero al menos mis sentidos recobraron su naturalidad.

Cierro los ojos y me dejo llevar, escucho mi respiracion que no deja de ser profunda, ya no quiero esta sensacion. La cordura poco a poco llega mi, tratare de desconectarme para poder seguir mi dia que parece todo, menos terminar.


¿De qué se nutre la nostalgia?

Uno evoca dulzuras
cielos atormentados
tormentas celestiales
escándalos sin ruido
paciencias estiradas
árboles en el viento
oprobios prescindibles
bellezas del mercado
cánticos y alborotos
lloviznas como pena
escopetas de sueño
perdones bien ganados
pero con esos mínimos
no se arma la nostalgia
son meros simulacros
la válida, la única
nostalgia, es de tu piel.