Por fín, el tren se detuvo.
Los cambios siempre son un parteaguas en la vida, y en la mía siempre han dejado huellas. Puedo confesar que fue muy difícil detenerlo, fue difícil siquiera pensarlo, pero lo he decidido, me baje de ese tren sin rumbo, y ahora voy a pie, paso a paso y con un simple rumbo fijo, el mío.
Es curioso ver como pasa el tiempo y siempre te repites las mismas frases para no volver a repetir tus errores, pero si vuelves a caer de nuevo, creo que entonces esas frases no han cumplido su función, y es ahí cuando sabes que algo no esta bien, y debes de rectificar de alguna otra forma.
Y no, subirme a ese tren no ha sido un error, en lo absoluto, pero de nuevo estuve a punto de llegar a esa situación en la que “crees” que tienes más problemas de los que en realidad hay, y no, no quiero volver a pasar por eso, no quiero volver a sentir que lo que soy no es lo que deberia ser, nunca más, con una vez me bastó y no pienso repetirlo, porque esta circunstancia cambio mi vida de una manera completa, y de estos cambios ya no quiero, ya no los necesito.

Sin embargo y pese a todo, soy feliz. Feliz por el simple hecho de estar viva, feliz por hacer lo que mas amo en la vida, feliz por tener personas a mi lado que pase lo que pase siempre estaran ahí, sin condiciones, sin restricciones, simplemente estaran ahí. Feliz por saber que fuí, soy y siempre seré la misma persona pese a las dificultades de la vida, porque soy, y seré la misma, y eso solo se logra cuando asi lo deseas, esas son de las cosas que nadie, absolutamente nadie puede quitarme, no hay poder en este mundo que pueda doblegar que o quien soy, eso nunca lo veran sus ojos, porque pese a creer que el mundo me conoce, a veces pareciera que no es asi, a veces pareciera que lo que hago o digo no vale de nada, pero si vale, vale mucho porque es lo que soy y siempre seré, con defectos enormes, pero con la fiel creencia de que lo que eres es lo que te hace una persona invaluable, como yo lo soy.

Y si, es probable que me haya rendido, pero no es una derrota, es una simple y sencilla batalla en la que no podia/debia ganar, y de estas experiencias es de las que más se aprende porque valoras las cosas que crees que no estan ahi, pero que siempre te iluminan el camino para seguir adelante y mucho más lejos.

Pero nada de esto sería llevadero si no existieran esas contadas entidades que te alientan a seguir y crecer, esos seres que no necesitan decirte absolutamente nada con palabras para que comprendas que ahi estan para ti y que saben que el valor de ser simplemente tu es mas grande que cualquier adversidad que te presente la vida.
Y a ellos, a los que puedo contar con los dedos de una sola mano y aún asi me sobran, a ellos no tengo nada mas que decirles, más que agradecerles ser mi paño, ser simplemente los oidos que a veces uno necesita para desahogar todo eso que guardas cuando no quieres parecer vulnerable ante el mundo, a todos ellos: Gracias.

Y no, no cambio a Paola por nada, no cambio mi escencia, no cambio mi voluntad, mi ser, solo cambio la perspectiva en la que comencé a verlo todo, y sigo siendo la misma, sigo siendo Yo, como quiero y como siempre lo he sido, y si dudan de ello, entonces no fué suficiente conocerme para comprender que esa soy yo.

Y a volar se ha dicho...

(Este es mi ultimo post, no quiero que la vida que me pertenece y que a veces les comparto siga ahi escrita, ahora solo la guardo para mí y para los que estan conmigo).